martes, mayo 15, 2007

Suerte que nadar me relaja.



Me encanta ir a la piscina a nadar, pero a veces la gente de allí me pone mala.
Está la gente que no va a nadar si no a ducharse. Como si las duchas del polideportivo fuesen una maravilla o te diesen masajes o algo. Estas al menos no molestan mucho. Luego está la gente que se aburre y nada a una velocidad irrisoria mientras charla colapsando la calle. Algunas además como van solas intentan darte conversación. Para colmo estas muchas veces son también del grupo de la ducha. Y luego está lo que me encontré ayer. Una mujer que la mitad de los largos los hacía a espalda, cosa que no debería hacerse en las municipales cuando hay mucha gente porque eres un peligro público. Ella, además, tenía el aliciente de que no sé como pero iba torcida de tal modo que ocupaba toda la calle, con lo que había que hacer autenticas acrobacias para pasar. Por si eso fuera poco, llevaba tanta colonia que se olía incluso en el agua y a pesar del cloro. Al salir de la piscina tenia incluso sabor a colonia en la boca.
Todo eso sin contar los niños de los cursos, la gente que se mete sin gorro y las que van con pantalones puestos e incluso un día vimos una pareja metiendose mano. Un día ahogaré a alguno para poder seguir nadando.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Así me gusta, controlando la agresividad.

8:39 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡NO! No controles la agresividad, que luego voy yo me la llevo toda XDDDD.

El Mago:*

4:21 p. m.  

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