Reflexiones televisivas.

Últimamente varias de las series que veo, sobre todo sin rastro, me han hecho pensar en diferentes cosas. Dos de ellas más importantes.

La primera es la propia temática de esta serie. La desaparición de personas. Pienso ¿y si yo desapareciese? ¿Cómo reaccionarían los que conozco? ¿Cómo sabrían si ha sido por propia voluntad o si me ha ocurrido algo? ¿Qué diría cada uno a quien lo investigase? Suelen preguntar siempre lo mismo: la rutina, la forma de ser… hay preguntas a las que creo saber que contestarían algunos, y sé de preguntas en que no todos coincidirían. Eso que me considero una personas sin secretos, alguien que no acostumbra a mentir. Esto no es un interrogatorio. No espero de nadie una repuesta, entre otras cosas porque ni yo misma sé como reaccionaria ante una situación así.

La segunda es la muerte. Mi muerte. Cuando yo muera, si las circunstancias lo permiten, quiero donar mis órganos. Para que con mi muerte alguien pueda ser feliz. Para dar a otros lo que me dieron a mi, más tiempo con un ser amado. Puede sonar bestia, hay a quien no le gusta oírlo, pero creo que es algo que debe estar claro. Sobre otras cosas tengo mis dudas, pero eso no es negociable.