Telefonistas y técnicos.

El viernes al mediodía, a eso de las doce y media nos quedamos sin luz en todo el edificio.

Lo primero que hice fue llamar para avisar de la averia y que viniesen a solucionarlo, y la verdad es que algunas veces las telefonistas me alucinan. Primero dando por hecho que voy a saber ciertos datos, que sinceramente no considero relevantes en el momento de avisar de una avería, y en segundo lugar su capacidad para decir obviedades o para informarme de cosas que yo misma les he dicho. Me resultan exasperantes.

Cuando el sábado a las dos de la tarde seguíamos sin luz pensé que me daba algo. A lo largo de la tarde, y tras cinco agujeros en la acera, por fin lo arreglaron. Pero resulta que es un arreglo provisional, así que volverán a acortarnos la luz en breve para el definitivo. Esta vez se supone que avisarán, pero no han dicho cuanto les llevará, espero que no sea mucho, porque aunque mi hermano y yo estábamos de refugiados en casa de mi madre resulta un poco estresante estar a oscuras.